En esta ocasión hablamos de hábitos que nos facilitan la vida, o no… Mejor dicho, cómo ayudan en la optimización de nuestros recursos energéticos, ya que no pensamos, directamente hacemos. El problema viene cuando estos hábitos son improductivos. Pero bueno, vamos por partes, primero definamos qué es un hábito:
“Modo especial de proceder o conducirse, adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas” (RAE).
“Automatismo adquirido, que facilita la ejecución de ciertos actos. Se consigue mediante la repetición, ejecutada por un sujeto capaz, y organizada en su mente. Los hábitos economizan energías, pero por otra parte pueden anquilosar la capacidad creativa y emocional humanas” (Diccionario enciclopédico Plaza & Janés).
“Una cualidad difícil de cambiar por la que un agente, cuya naturaleza consiste en actuar indeterminadamente de un modo u otro, queda dispuesto fácilmente para seguir esta o aquella línea de acción o voluntad” (Joseph Rickaby).
Como veis, los hábitos son modos frecuentes o repetidos de obrar, de hacer o pensar consciente o inconscientemente. Esta repetición no siempre produce una inclinación, pero sí una aptitud para reaccionar del mismo modo. Es decir, cuando un comportamiento de la misma clase es reiterado múltiples veces produce una tendencia real que puede conllevar un comportamiento similar, bajo circunstancias parecidas, en el futuro.
El hábito se adquiere por el ejercicio y se forja a través de una serie de acciones. Comienza, obviamente, desde la ejecución de la primera, aunque si ésta no deja huella no habrá razón para ejecutar una segunda. En esta primera fase la huella o disposición es demasiado débil para ser considerada un hábito. Debe crecer y reforzarse a través de la repetición y de otro tipo de factores que llevan a la consolidación del hábito como tal.
10 Pasos para cambiar un hábito improductivo
Paso 1 – Tomar conciencia
El primer paso para cambiar un hábito improductivo o no saludable es traerlo al mundo consciente. Como decíamos un poco más arriba, los hábitos en ocasiones son respuestas automáticas, así que debemos tomar conciencia de ellos para poder modificarlos.
Para ello la mejor opción es, como no podría ser de otra manera, preguntarle al coachee por ellos y hacer un listado de aquellos que no beneficien al objetivo. Es posible que el coachee no sea consciente de que alguno no le favorezca, así que es interesante que saques tus conocimientos técnicos en entrenamiento, nutrición, etc., (si los tuvieses) y le ayudes en el análisis de cada uno de ellos.
Paso 2 – Querer cambiar y estar dispuesto al cambio
El segundo paso para el cambio es quererlo. Una vez que el coachee ha tomado conciencia de los hábitos que desarrolla y que no le favorecen para alcanzar sus metas, debe querer cambiar y estar dispuesto al cambio. Básicamente por dos motivos: primero porque si quiere no lo va a hacer (diga lo que diga) y segundo porque sin voluntad de cambio no tendrá sentido este trabajo. Así que, como los hábitos probablemente se han ido desarrollando con el paso del tiempo, de mucho tiempo, es mejor que en un inicio se escoja los hábitos que realmente se esté dispuesto a cambiar.
Paso 3 – Analizar beneficios directos e indirectos
El tercer paso es analizar qué beneficios directos o indirectos me aporta tener ese hábito improductivo. Como veíamos en la fórmula de los hábitos, todos nos aportan una recompensa. En ocasiones será productiva para facilitar y reducir el procesamiento de la información-respuesta, mientras que en otras será nociva o improductiva: comer en exceso, fumar, conseguir una mayor atención…
Como has podido observar podemos diferenciar entre:
-
Beneficios con respecto a mí.
-
Beneficios con respecto a otros.
Paso 4 – Identificar consecuencias negativas
El cuarto paso es analizar las consecuencias de mantener el hábito en el tiempo. Refiriéndonos a hábitos poco saludables, mantenerlos en el tiempo suele ser nocivo para la salud emocional y/o física, así que para que el coachee aumente su compromiso es interesante que identifique las consecuencias negativas de mantener ese hábito en el tiempo.
Este aspecto es uno de los mayores “rivales” que se tienen como Fitness Coach, ya que lo normal es que las consecuencias sean a largo plazo, con lo que es posible que el coachee no las sienta como una amenaza. A no ser que ya haya tenido algún “susto” relacionado con su salud. En esta línea, y aunque es necesario analizar estas consecuencias, es más interesante trabajar con los beneficios positivos que se van a lograr.
Paso 5 – Identificar nuevos hábitos
El quinto paso identifica qué nuevos hábitos pueden desarrollarse. Los viejos hábitos es complicado eliminarlos ya que lo normal es que lleven con la persona mucho tiempo y ya han creado unos surcos neuronales profundos. Así que es importante que el coachee identifique los hábitos que quiere empezar a fijar desde ahora. Hago especial hincapié en el término quiere ya que es fundamental la voluntad de cambio en todo este proceso.
La fuerza de voluntad necesaria para producir los cambios es variable y depende del nivel de energía que se tenga, y no siempre es un nivel alto, cuando se está cansado/a se tiene menos fuerza de voluntad y es más fácil caer en antiguos hábitos ya “metabolizados”, así que la repetición ayudará a fijar los nuevos.
Paso 6 – Planificar el entorno
En el sexto paso revisa/planifica el ambiente social. Un entorno que favorezca el desarrollo de estos hábitos productivos y evite la reacción aprendida del improductivo. Compartir los nuevos hábitos o el proceso de cambio con personas cercanas y relevantes favorecerá la fijación de estos.
Paso 7 – Gestionar expectativas
El séptimo paso está relacionado con moderar las expectativas del coachee. Como sabes, los resultados de desarrollar hábitos saludables no son inmediatos, así que una buena gestión de las expectativas te ayudará a mantener alta la energía durante más tiempo. Fijar submetas y sobre todo celebrar los pequeños éxitos reforzarán la recompensa de los nuevos hábitos.
Paso 8 – Analizar el lenguaje
El octavo paso es analizar el lenguaje con el que se habla. Las palabras que nos dirigimos a nosotros mismos tienen un poder ilimitado, serán capaces de aportarnos la energía necesaria o de condicionar todos nuestros pensamientos hasta hacernos creer que nuestros objetivos no tienen importancia o no merecen la pena. Y lo mismo le pasa a los coachees. Preguntarle, de una forma sincera, por el tipo de mensajes que se dice a sí mismo en referencia a su objetivo o sus nuevos hábitos, sin duda le ayudará a crear un lenguaje generativo.
Ten en cuenta que las palabras además de reforzar hábitos refuerzan creencias y estas condicionan nuestro comportamiento.
Paso 9 – Planificar desarrollo y estrategia
El noveno paso planifica el desarrollo y la estrategia para fijar el nuevo y saludable. Selecciona paulatinamente los hábitos y las acciones a realizar. Realizar una dieta, dejar de fumar, entrenar dos días a la semana y retomar las relaciones con tus amigos, son demasiados retos. Juntar todos a la vez no es una buena estrategia.
Paso 10 – Repetición
El décimo y último paso repetición, repetición, repetición y celebración. Los hábitos quedarán fijados por repetición y por obtener una nueva recompensa, en este caso más saludable que la anterior, que facilite que el hábito quede fijado. Y si hay una “recaída”, no pasa nada, continua con la planificación y repetición, repetición y repetición.
Ah! y por último permítete desarrollar los nuevos hábitos, date el tiempo necesario y déjate fluir, sería el mensaje de apoyo más adecuado para el coachee.